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lunes, 25 de julio de 2011

Biografía (primera parte: Infancia)

Así es la historia de un joven que se sentía viejo, de un hombre que se sentía mujer con cuerpo de hombre. Nacido el viernes 24 de febrero de 1989 a las 5 y 12 minutos de la tarde, en el (ya derruido) Hospital Manuel Lois de Huelva, sito en la avenida Federico Mayo de la homónima, y denominado 'el primer toro de la tarde' pues aquel día no paraban de nacer niñas. Dicho apelativo no le correspondía, pues él se sentía un león (su nombre verdadero está simbolizado por este animal, por lo menos en la Biblia). Este hospital, bien conocido por un gran servicio a Huelva, fue visitado de nuevo por aquel chico, al año siguiente, tras detectársele una otitis grave/aguda.
La infancia de este chico estuvo marcada por la sobrealimentación, la sobreprotección y el gran apoyo de su familia. Fueron momentos en los que el chico se sentía bien, cómodo, como cualquier infante en su entorno sociofamiliar. Es a los 3 años cuando el chico comenzó a leer, y sus primeros amigos fueron libros. Este hecho marcaría un hito en el carácter y la forma de ser de esta persona, pues se negaba a salir a la calle, como el resto de los niños, que sólo buscan diversión lúdica entre ellos... él consideraba más importante el no salir sino leer en casa, y ello condujo a la presión familiar constante por integrarse (hecho que no lograría hasta entrada la fase del Instituto). Llegaron hasta a sacarle a la calle a la fuerza, cosa que el chico detestaba.
A los 4 años entra en el curso de 1º de preescolar sabiendo leer a una velocidad de un alumno de 2º de ESO, hecho que marcaría una de sus mayores capacidades: ser superdotado mental. Tuvo muchas visitas a psicopedagogos, los cuales le hicieron test de CI (y le detectaron brotes de autismo).
La época de la Primaria fue bastante agradable en lo académico. El chico nunca suspendía. Eso sí, aborrecía hacer los deberes (estaba prohibido mandar deberes a los alumnos, cosa de la que aún está por ver). Pero en cuanto a la relación de los compañeros era nefasta. Abusaban de él psicológicamente, le pegaban e incluso lo abandonaban en el recreo. Ello marcó una gran herida en su alma, herida que quieren curar pero a veces es imposible.
En el próximo artículo hablaremos de su adolescencia.
Un saludo.